
sobre mí...
Nací en Valencia, en cuya Universidad estudié Filosofía pura (así se llamaba entonces). También en ella me doctoré, tras unos cuantos años de experiencia en la docencia de la filosofía y dos años de estancia en la India (Bombay/Mumbai, Pondicherry). Esos dos años, la mayor parte de los cuales los pasé en el ashram de Sri Aurobindo, supusieron una experiencia extraordinaria, al mismo tiempo que buceaba en los textos del Vedanta integral y el Yoga integral propuesto por Aurobindo Ghose (1872-1950), junto a la todavía presencia sutil de Mirra Alfassa (1878-1973), compañera espiritual y co-creadora de ese linaje que ahora comienza a denominarse también Vijñâna Advaita Vedânta y Vijñâna-Yoga.
Pero, entre la filosofía occidental académica (de Platón a Habermas… y más acá, destacando la importancia, sobre todo, de Descartes, Kant, Hegel, Husserl, Heidegger y otros muchos) y la sabiduría oriental, especialmente hindú (de las Upanishads y la Bhagavad Gita a Sri Aurobindo) una tercera fuerza influyó poderosamente en mi formación intelectual y espiritual. Podría denominarse, de manera genérica “tradición esotérica occidental contemporánea”, y dentro de ella,
muy especialmente la tradición teosófica (H.P. Blavatsky, A Besant, C.W. Leadbeater, y tantos otros), la antroposofía de Rudolf Steiner, y todavía con mayor profundidad lo que me gusta llamar “tradición posteosófica”, que parte de Alice Ann Bailey y continúa con Vicente Beltrán Anglada, con Omnia (G Gualdi/Pastor) y muchos otros que encarnaban, actualizaban y profundizaban en las bases puestas por la teosofía.
Junto a Vicente Beltrán Anglada, Antonio Blay y Jean Klein han sido las personas cuya presencia física y cuyas valiosas enseñanzas más me influyeron en esa época.
Todo ello tuvo lugar antes de mi mencionado viaje a la India.
Tras ese importante período de formación, tras el regreso de la India y la
lectura de la tesis doctoral, dirigida por la doctora Adela Cortina (catedrática de Ética) y con el apoyo de Jesús Conill (catedrático de Metafísica), dos de los filósofos más destacados en nuestro país y que más me han aportado, intelectual y humanamente, tuve la suerte de conocer a Raimon Panikkar y de que fuera el presidente del tribunal de mi tesis. Poco después pasé un año en Tavertet con este pionero, internacionalmente aclamado, del diálogo interreligioso e intercultural, cuya triple identidad religiosa (cristiano, hindú y budista, simultáneamente y muy en serio) formaba parte de su identidad personal, al igual que esa cuarta tradición que sería la “secularidad sagrada”, también abrazada por su amplia conciencia.
Llegaría así, sin abandonar nunca el período formativo, un período que
podríamos denominar más creativo. A través de las clases, de los cursos, de los talleres y sobre todo de los libros, pude ir dando expresión a lo que mi mente y mi corazón habían ido asimilando. Con los tres que han visto la luz en el año 2022 pueden contarse unas 24 obras, cuyos títulos pueden consultarse aquí.
Me gustaría destacar dos influencias más en mi peregrinaje intelectual y
espiritual. Por una parte, la labor de síntesis de la Psicología Transpersonal, a la que he dedicado el primero de los tres últimos libros citados, con el título de Iniciación a la Psicología Transpersonal (editorial Mater Latina, marzo 2022). De hecho, poco después de volver de la India un grupo de una docena aproximadamente de psicólogos, filósofos y de varias disciplinas, fundamos la Asociación Transpersonal Española (ATRE). Simultáneamente, formé parte también de la Sociedad de Estudios Índicos y Orientales (SEIO), como socio-fundador, en la que nos reunimos un buen número de los indólogos, sanscritistas y amigos de la India y de Oriente en general, que por entonces comenzábamos a intentar que los estudios sobre Oriente adquiriesen la importancia y el reconocimiento que merecen en nuestro país.
Dos influencias muy importantes en los últimos años son las de Rodrigo Bazán, canalizador chileno, y la de Andrea Barnabé. A cada uno de ellos le dedico un apartado relevante en el segundo de los libros del 2022, el titulado Buscadores de sentido: la guía del buscador psico-espiritual (editorial La Llave, septiembre 2022), que considero una especie de “primer testamento filosófico-espiritual”, pues ha terminado siendo un recorrido por las brújulas que más he utilizado y utilizo, así como una propuesta de visión del mundo, si lo leemos como una síntesis de lo mejor de esas distintas brújulas.
Terminemos con la referencia a ese tercer libro del 2022, para cerrar el círculo con quien constituye la influencia más destacada de toda mi trayectoria vital. Efectivamente se trata de El yoga integral y supramental de Sri Aurobindo: filosofía, psicología y práctica (Editorial Siglantana, septiembre 2022).
Finalmente, me honra presidir tanto la Asociación Akasha, con sede en Espai Akasha (Barcelona), como la Comunidad Internacional Sri Aurobindo-Mirra (CISAUM)
El presente es muy intenso, verdaderamente revolucionario, y el futuro está abierto. Construyamos juntos ese mundo nuevo, sabiéndonos co-creadores del mismo.