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¿Sigue "vivo" Sri Aurobindo?

 

   Después de haber escrito y hablado bastante sobre él a lo largo de los últimos veinte años, me gustaría repensar algunas de sus ideas y preguntarme hasta qué punto sigue “vivo” Sri Aurobindo.

Ni que decir tiene que la pregunta acerca de si sigue vivo todavía Sri Aurobindo se refiere a la actualidad de su visión y su pensamiento y a ninguna otra cosa. Vaya por delante que, en lo que a mí respecta, no me cabe duda alguna que aquel ser de luz, sabiduría y compasión que conocimos como Sri Aurobindo (1872-1950) sigue vivo de manera muy real, aunque ya no en el cuerpo físico que intentó supramentalizar (y quizás lo consiguió en cierta medida), sino en un cuerpo sutil, trabajando incansablemente desde su conciencia supramental por el Despertar de la Tierra, por la Evolución espiritual de esta planeta, incluida su dimensión física.

   Sí también la dimensión física-material, con sus problemas ecológicos, económicos, políticos y sociales, ya que entendemos que todo ello es el cuerpo material de expresión de una Conciencia planetaria y tanto ese Gran Ser al que podemos considerar nuestro Regente planetario, así como cada una de sus células u hologramas de conciencia se comprometieron (nos comprometimos) en su momento a atravesar la experiencia de la “encarnación” en un cuerpo físico, denso, material, en un contexto de similar frecuencia vibratoria: este precioso planeta azul y verde, desgraciadamente maltratado, expoliado y polucionado que todavía tenemos en nuestras manos y que estamos invitados a amar e iluminar, pues aún estamos a tiempo, ahora que estamos tocando fondo, de sacar a flote y de “ascender” con él a una nueva vuelta de la Espiral evolutiva en la que nos movemos.

   El pensamiento de Sri Aurobindo es extraordinariamente rico y bastante complejo. Cual hombre de un nuevo Renacimiento, sus campos de expresión fueron múltiples: político, poeta, filósofo, yogui, maestro espiritual… quizás avatar. Esperamos poder ir recreando algunos de esos aspectos. Ahora bien, quizás convenga no olvidar que el núcleo de su experiencia y de su pensamiento se halla en la Realización espiritual a través del Yoga. Su manera de entender la Realización espiritual, la Iluminación, el Despertar es lo que caracteriza a su Yoga integral. Su poesía, su acción política, su pensamiento político, están impregnados de visión y de objetivos espirituales.

   Hay que ser cuidadoso desde el comienzo con las palabras empleadas, pues si bien es cierto que su terminología principal era la del Yoga, y su enfoque se puede denominar yoga integral y supramental (aunque habló también de su sistema de pensamiento como de un “vedanta adualista integral” (pûrna advaita), la idea de “yoga”, tan querida para quienes comparten esa formación, puede parecer excluyente, limitada o parcial a quienes son ajenos a dicha tradición. En realidad, el modo de enfocar Sri Aurobindo el yoga, la renovación y recreación que hace del mismo, hace innecesario el quedar limitado a esa terminología.

   Como pionero de la síntesis Oriente-Occidente, Sri Aurobindo es también co-creador (junto con Mirra Alfassa, conocida como “Madre” por sus discípulos, y de la que tendremos que hablar también aquí) de una “nueva espiritualidad” a la altura del siglo XXI… y más allá. Hay obras cuyo sentido se agota en el presente inmediato, cuyo alcance es muy limitado. Otras, como aquella a la que vamos a asomarnos, son de largo alcance y capaces de inspirar toda una cultura, una civilización. Algunos podrían pensar que Sri Aurobindo abandonó el cuerpo hace ya más de medio siglo y que muchas de sus obras, entre ellas su obra magna en prosa, La vida divina, fue escrita originalmente hace ya casi un siglo (todo ello es cierto) y que, por tanto, con el ritmo vertiginoso que estamos viviendo en este “final de ciclo” y con la lluvia de nuevas enseñanzas espirituales que parecen inundar las conciencias abiertas, es probable que su pensamiento haya quedado anticuado. En mi opinión, no es así. Hay obras que reformulan la sabiduría perenne de tal modo, que su validez perdura. ¿Acaso están trasnochados los textos del Buddha, de Lao-Tsé, de Platón, por poner sólo tres ejemplos?

   Creemos que la obra de Sri Aurobindo es de una envergadura tal que unas décadas, incluso unos siglos, no son suficientes para declararla “superada”. Por eso creemos que merece la pena “exponernos” una y otra vez a esa magnífica Luz, esa extraordinaria Sabiduría que rezuman sus palabras. Por eso os invitamos a compartir con nosotros estas reflexiones, a modo de diálogo vivo, sobre Sri Aurobindo y Mirra Alfassa, sobre su Sabiduría integral, sobre su Obra transformadora, más allá de las palabras, por luminosas que éstas sean, pues si importantes son las palabras y los pensamientos, más lo son todavía las energías sutiles que se mueven tras ellas y las transformaciones que son capaces de producir, aunque no siempre sean inmediatamente visibles.

 

   Aunque es probable que la mayoría de quienes lean estas páginas conozcan ya algo de Sri Aurobindo y de Mirra Alfassa, quizás no esté de más incluir unos mínimos rasgos biográficos, al menos para situarlos históricamente:


   Sri Aurobindo (Calcuta 1872 - Pondicherry 1950). Educado desde los 7 años en Inglaterra, cursó estudios universitarios en Cambridge. Al retornar a India trabajó en la administración y en la enseñanza, aprendió sánscrito y otras lenguas indias. En 1906 entra en el movimiento nacionalista de Bengala del que será uno de sus líderes. En 1908 fue encarcelado durante un año, lo que significó un cambio decisivo en su vida. La lucha política deja de ser central en sus intereses para pasar a centrarse en cuestiones espirituales: el porvenir de la humanidad, la nueva era del espíritu, el descenso de la Supermente o Consciencia-Verdad y el surgimiento del ser supramental. Finalmente abandona totalmente la política. Fue maestro de yoga, poeta y pensador original, integrador de Oriente y Occidente. Uno de los grandes maestros espirituales del siglo XX y creador de un vedanta integral y un yoga integral. Entres sus muchas obras escritas cabe destacar La vida divina, Síntesis del yoga, y Savitri, su poema místico-filosófico de gran envergadura.

   Mirra Alfassa (París 1878 – Pondicherry 1973) de padre turco y madre egipcia, se interesó desde su juventud por las experiencias ocultistas, después de haber disfrutado ella misma de profundas experiencias místicas. En 1914 viajará a India dónde conocerá a Sri Aurobindo, con quien estará un año en Pondicherry, ciudad a la que regresará definitivamente en 1920. Cuando en 1926 Sri Aurobindo se retira de la vida pública, Mirra, a la que se la conoce como La Madre, queda al cuidado del ashram fundado por Sri Aurobindo en Pondicherry durante cerca de cincuenta años, hasta su fallecimiento. Funda la “Escuela Internacional de Educación”, que infunde una nueva orientación al sistema educativo. Entre los proyectos llevados a cabo por La Madre, cabe destacar la ciudad-laboratorio de Auroville, fundada en 1968, cuya experiencia se sigue desarrollando en la actualidad. En la última época de su vida, La Madre insistió en la importancia de la transformación supramental del propio cuerpo físico, trabajo que narró en los 12 volúmenes de La Agenda de la Acción supramental sobre la Tierra.

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