OMnia
En varios de mis libros he ido introduciendo algunas referencias a ese tándem constituido por Pastor y Ghislaine Gualdi y que a veces recibe el nombre de OMnia, o así me gusta denominarlo. La teoría del cerebro como transmisor, y no generador o productor de la mente/pensamientos y la conciencia, es la defendida ya por F. Myers, W. James, H. Bergson y otros muchos, siendo hoy parte constitutiva, podríamos decir de la concepción "esotérica" del ser humano y de la realidad. Pues bien, las palabras que vamos a leer son "transmisiones" (a través de Ghislaine Gualdi) de la "sabiduría" de Pastor, en cuya identidad no hace falta entrar ahora. Una Sabiduría "revelada" a través de cientos de transmisiones (algunas de las cuales tuve el gozo de "presenciar" y otras muchas de "escuchar") en las que un torrente, o si se prefiere un océano, extraordinario de conocimiento luminoso y amor compasivo llegó durante las últimas décadas a oídos de los humanos que pudieron escuchar. Las palabras escritas no pueden comunicar todo lo que se comunica presencialmente, por el campo de conciencia-energía allí generado; ni siquiera captan el tono, el timbre, los silencios, la fuerza y todas las otras cualidades que la voz es capaz de expresar. Pero algo es algo. Y anoche, volviendo a escuchar uno de los fragmentos de una de tales transmisiones, se me ocurrió ir traduciéndolo, de manera lo más fiel posible, y hoy se me ha ocurrido compartirlo con los "amigos" de Facebook. Siempre me ha chocado cuando alguien dice que nadie sabe lo que hay después de la muerte, porque nadie ha venido a contárnoslo. Pues lo cierto es que muchos han venido a contárnoslo. Otra cosa es que se crea o no, convenza o no. Aunque como decía V. Beltrán Anglada, "la verdad convence sin atar y atrae aún sin convencer".
Hace poco escuchaba un video de una conferencia de Dolores Cannon en la que trataba este mismo tema, sin duda una de las preocupaciones centrales de la humanidad. No en vano los clásicos hablaban de la filosofía como una "meditatio mortis", una meditación sobre la muerte. Ya sabemos que en el paradigma materialista esta "anomalía", inexplicada satisfactoriamente hoy para la mentalidad cientificista, es rechazada y descartada a priori. Pero los testimonios se acumulan, desde mitos antiguos como el mito platónico de Er, enseñanzas como el Bardo Thodol tibetano o el libro egipcio de los muertos, hasta las cada vez más abundantes y rigurosamente analizadas "experiencias cercanas a la muerte" (R.Moody, K.Ring, P. van Lommel y tantos otros), o incluso las "experiencias de proyección de la consciencia" (R. Monroe, D. Meurois, y tantos otros), o por qué no los "recuerdos de vidas anteriores" (I. Stevenson,M. Newton, etc.).
En esta ocasión, el tema es también lo que sucede en el tránsito, el paso de esta dimensión a otra, en lo que llamamos morir. Y la fuente no es una de esas "experiencias" en concreto, sino la sabiduría desbordante, a través de modos de conocimiento ignorados en general, hoy, por la ciencia y la filosofía, insospechados para el sentido común, que se mueve en esta ámbito de inconsciencia y sonanbulismo en el que nos encontramos. Os dejo con OMnia y un fragmento de lo que al menos a mí, tras "escuchar" muchas de sus transmisiones, me parece una de las expresiones de la Sabiduría más destacadas que he conocido. Pero, creo que me he extendido demasiado como para pasar la palabra aquí a OMnia, así que lo haré a continuación, para que podáis respirar mientras. "Saludo a lo Sagrado que mora en vuestro corazón".
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PREGUNTA: ¿Cuál es la vida o forma de existencia después de la muerte?
RESPUESTA DE OMnia: La forma de existencia que hay después de la muerte es exactamente la misma que la que tenéis en el momento de morir en el plano físico. Como toda la evolución, es un viaje al interior de la consciencia, pues incluso si tenéis un cuerpo momentáneamente, todo se pasa al interior de la consciencia. Por la explotación del campo afectivo, cerebral y luego paranormal, etc., todo sucede en el interior de la consciencia. Por tanto, al morir, os encontráis en un plano que representa exactamente el mismo nivel que habéis logrado conquistar por vuestras experiencias terrestres. Cuando el individuo muere, al salir de su cuerpo, sale impregnado de nociones inscritas en su memoria, que han sido seleccionadas del plano cerebral y se han alojado en la memoria-base del alma, el plano mental inferior que tienen incluso los animales; por eso tienen instintos, y conocen las rutas, los trayectos de la migración, que saben qué deben comer, como atacar.., etc., todo eso les es dado porque el plano mental inferior ha creado un pensamiento de grupo que guía a la descendencia, desarrollando el germen con que vienen, a través de las experiencias.
Cuando esas nociones son enviadas, en tanto que sustancia, a la memoria del alma, eso crea un verdadero decorado, es decir que por proyección, al morir entráis en el plano astral (...) ¿Por qué? Porque es justamente el plano intermediario entre la vida terrestre y la vida eterna, de algún modo. Y en ese plano astral hay varios niveles, por eso Jesús dijo “en la casa de mi Padre hay muchas moradas.” Porque en todo el plano astral, desde el inferior hasta el superior, existen diferentes fases, zonas vibratorias, todo correspondiendo a fases de actividad del hombre y a grados de evolución del ser humano. Inmediatamente sois proyectados a la zona vibratoria correspondiente; igual cuando captáis una emisora de radio, captáis exactamente aquella sobre la que vuestra antena ha conseguido conectar. Inmediatamente, la frecuencia vibratoria que os caracteriza va a la zona vibratoria correspondiente, y allí el individuo con toda su memoria proyecta, y eso no es un acto consciente, es un acto natural; proyecta su sustancia y vive dentro de esa sustancia, por eso el que ha muerto encuentra muy aproximadamente en el plano astral alcanzado, las mismas personas, el mismo decorado, el mismo ambiente que tenía en su vida terrestre. Es decir que la ilusión persiste y el muerto no es alguien que por fin encuentre la Verdad, que por fin encuentre un grado superior de ser. No. Seguís siendo lo que sois, por proyección. Porque el mundo astral es ese mundo fenoménico de espejos. Por eso es tan importante salir del espejo de las alondras (esa trampa cazabobos), que no hace más que perder al hombre.
Así pues, al morir, encontramos nuestro espejo. Según el grado de vuestra evolución, el espejo va a enviar una cosa u otra, permitiéndoos más o menos acción, o haciendo que os durmáis profundamente, pues hay personas que, al morir, no pueden ser activos en el plano astral, tienen demasiadas ilusiones en la mente. Porque en la espiritualidad llamamos sueño a todos los planos de inconsciencia. Vosotros mismos estáis en planos de inconsciencia y de sueño, en relación a la realidad que tenéis que obtener de vosotros mismos.
Hay pues planos de la muerte, donde los muertos están en un estado de sueño profundo. Y los Señores del Karma, en un momento determinado, vienen a despertarlos por grupos, diciéndoles “hay una nueva encarnación para ti, en tal país, en tal raza, en tal hogar, tal tipo de experiencia, pues tienes que lograr un tipo de conciencia superior”. Cuando llegan a evolucionar, se duermen cada vez menos, al morir, cada vez son más conscientes, porque han ido desarrollando cada vez una mayor conciencia en la tierra. Y así pueden tener relación con las personas que quedan en el plano terrestre, con los vivos. Poder entrar en contacto con un espíritu, llamado muerto, si es posible con ese espíritu del muerto, es ya la prueba de que ese espíritu ha ido ya un poco más lejos que los demás en la evolución de la consciencia, si no, no es posible establecer contacto con él; él duerme. Y cuanto más se desarrolla, más vive su muerte de manera consciente. Así como los otros tienen la impresión de caer en un abismo, pues se duermen inmediatamente. Por eso, instintivamente los hombres tienen miedo a la muerte, como de si se tratase de una nada. Por qué? Porque en la mayor parte de las experiencias de los hombres con la muerte, era una especie de entrada en la nada. La vida física representaba el único momento en que podían vivir, actuar, ser, mientras que la muerte era un sueño. Por eso se asocia la muerte con las tinieblas, el inconsciente, la nada.
Mientras que al evolucionar se entra de manera más consciente en la propia muerte, uno no se duerme, no es enviado, re-enviado, a la inconsciencia, es enviado a un plano de vida. En ese momento está en un plano astral superior. Y para alguien todavía más evolucionado, no es cuestión de atravesar los distintos aspectos del astral, es expedido inmediatamente por encima del plano astral, en su cuerpo espiritual. Ahí alcanza otra dimensión. Ya no está en el reino, o los reinos, de la muerte. Pasa de una dimensión a otra. Es lo que sucede en el caso de los verdaderos Iniciados. Por eso ellos no mueren. Cada vez que un hombre es capaz de pasar conscientemente el túnel de la muerte, no hace más que pasar de un plano físico a un plano de vida, un poco como pasaríais a una cuarta dimensión. Mientras que para los otros, la muerte existe. Por eso la temen, porque es cierto que entran en una nada, pues no son capaces de pasar a una zona de vida, se quedan en esa zona intermedia, donde todos los datos están todavía en su memoria; por eso necesitan descansar. Y los Señores del Karma se ocupan de gestionar a todas esas almas grupales, que no tienen todavía una evolución individual. Deciden su encarnación, sus pruebas y su muerte.
Por eso insisto tan a menudo en la importancia de individualizarse, de salir de ese alma-grupo, de no ser vivido por la vida, sino de vivir vuestra vida, de elegir vuestra vida, de no hacer las cosas porque suelen hacerse, porque está de moda. Romped esas máscaras; mientras no lo hagáis, formáis parte del alma de grupo. Quien sale del alma grupal es conducido a la otra dimensión y puede vivir la vida de su alma en su cuerpo espiritual. La mayoría de las personas no viven todavía en su cuerpo espiritual Aprenden a descubrirlo, a través de las pruebas y las Iniciaciones.
Eso puede parecer muy lejano, el día en que el hombre vivirá en su cuerpo espiritual. Y sin embargo es fácil. Y podéis obtenerlo fácilmente. Basta con ser cuidadoso con la realidad. Ocuparse de esas nociones de esa otra dimensión. Si cada vez más vivís de acuerdo con las armonías de esa otra dimensión, cada vez más creáis el puente, el vínculo con ella, y en el tránsito, os despertáis, nacéis en esa otra dimensión. Por eso la muerte en la tierra significa nacimiento en otra parte. Luego, cuando tenéis necesidad todavía de una proyección en la materia, morís a esa otra dimensión para nacer en la tierra. No hay más que cambio de forma para ir a tal o cual aspecto de la manifestación. Cada vez que es necesario dejar el cuerpo, cambiáis el tipo de materia útil en esa zona de la manifestación, del mismo modo que para practicar un deporte os vestís de una manera y cuando vais a una fiesta de noche os ponéis otro traje. Cuando venís a la materia os ponéis vuestro cuerpo de carne, y cuando pasáis a la otra parte os ponéis vuestro cuerpo de luz. Es tan simple como eso.
El miedo a esos cambios no tiene razón de ser, solo existe cuando se ha de pasar por la zona astral para alcanzar un día la otra dimensión. Pero en el astral no hay solo hombres que duermen. Es en las zonas del bajo astral, es allí donde sobre todo están las personas que han cometido muchos errores, porque penséis lo que penséis, Dios es perdón. Los Señores del Karma, aunque sean temidos, son perdón. Un hombre que está cargado de tinieblas porque ha actuado de manera negativa, un hombre cargado de crímenes, por ejemplo, no va a quedarse frente a sus horribles memorias. Es una tortura demasiado grande. Y la tortura le es evitada. Por eso se pone un velo sobre su espejo y se duerme, y no se le despierta hasta su próxima encarnación.
A medida que evoluciona, el hombre toma consciencia y va llegando a estar suficientemente despierto para seguir un cierto trabajo en el reino de los muertos, en relación con los vivos, y puede enviar información, o proteger a sus hijos, o a sus vecinos, con quienes había muy buena relación, o elegir un estudiante o inspirar tal rama del estudio de la tecnología o del arte, y así participa en la evolución del mundo...